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La defensa débil de Stornelli

Los poco convincentes argumentos del fiscal ante Ramos Padilla
Por once horas, trató de convencer que casi no conocía a D’Alessio y que todo fue una conspiración kirchnerista para dañarlo.

El fiscal Carlos Stornelli se despachó el viernes con argumentos que, a primera vista, parecen muy débiles frente a las acusaciones que afronta en Dolores. » No recuerdo con exactitud el contenido de los mensajes, dado que son cosas que voy borrando sistemáticamente”, dijo Stornelli. De esa manera trató de esquivar la prueba central de la causa: los intercambios vía whatsapp con Marcelo D’Alessio pactando distintas operaciones: armarle cámaras ocultas a abogados, espiar ilegalmente al ex marido de su actual esposa, presionar a testigos para que vayan a declarar a su fiscalía y varias otras. El eje del argumento del fiscal es que fue engañado por D’Alessio, que le fue presentado y recomendado por el periodista Daniel Santoro, y «que me mencionó que trabajaba para la embajada de Estados Unidos o que esa embajada le pagaba el sueldo». Partiendo de esa base, Stornelli dice que cometió el error de darle su número de celular y que entonces D’Alessio le mandó muchísimos mensajes, de los que no se acuerda y de los que, por supuesto, no hay rastro porque los borró.

Los textuales de la declaración de Stornelli fueron publicados ayer por el periodista Gabriel Morini, de Ambito Financiero. En total, el fiscal entregó tres escritos, sobre las distintas imputaciones y terminó declarando, asistido por su abogada, Raquel Pérez Iglesias, a lo largo de once horas. «No hubo interrupción de ningún tipo: el juez Alejo Ramos Padilla y el doctor Stornelli no se despegaron de sus asientos en todo ese tiempo. El juez lo escuchó con atención y hubo que ampliar los tres escritos», explicó la letrada.

De los textos filtrados este sábado no surgen respuestas sobre las imputaciones concretas, que son ocho. Dos tienen que ver con el pedido de cámaras ocultas a abogados; está el apriete al ex gerente de la petrolera venezolana Pdvesa, Gonzalo Brussa Dovat, para que declare en la fiscalía de Stornelli; el acuerdo del fiscal para espiar a Victoria Munin, en una causa relacionada con una financiera; la denuncia de un ex secretario presidencial, Pablo Bareiro, quien sostiene que le advirtió a Stornelli que estaba siendo extorsionado en nombre del fiscal; una operación de inteligencia ilegal en Uruguay, inventando terroristas iraníes; el espionaje ilegal a Jorge Christian Castañón, ex marido de la actual esposa de Stornelli; y haber tenido algún grado de participación en la extorsión de D’Alessio al empresario Pedro Etchebest.

Stornelli puso el énfasis en que todos los delitos fueron cometidos por D’Alessio, que era «hablador, obsecuente, charlatán y fabulador» y que él prácticamente no lo conocía. En varias ocasiones usó el «me parece», «no recuerdo», «no le presté demasiada atención», explicando así que era un vínculo al que no le adjudicaba importancia.

Una pieza central en el expediente son los chats entre D’Alessio y Stornelli, detectados en los celulares y las computadoras del falso abogado. Stornelli respondió de la siguiente manera: «no reconozco ni valido los mensajes y/o conversaciones técnicamente obtenidas del equipo celular –o equipos celulares o informáticos– de D´Alessio. No me consta que sean ciertos, muchos de ellos sencillamente no los recuerdo, otros me resultan extraños y algunos pocos, y solo en sus generalidades, puedo recordar y reconocer que hayan existido entre él y mi persona”. Rematando lo que parece ser una defensa débil, el fiscal aseguró que siempre borra los mensajes y que por lo tanto no los tiene en su celular para que se verifiquen y periten.

Tratando de desvirtuar los chats de whatsapp, Stornelli evitó respuestas concretas como las referidas al espionaje ilegal al ex marido de su actual esposa. D’Alessio le envió a Stornelli un mensaje completo sobre Jorge Christian Castañon: «»Estuve mirando el Org Chart y veo que Castanon/Jorge de EWRFO que es de United Express. Reporta a un tal Andrew Ashbury (WHQUX). Es un primer oficial de United Express. La subsidiaria regional. O sea que es la persona que buscas y viene a Argentina no lo hace trabajando”. O sea D’Alessio le pasó a Stornelli un informe sobre el ex marido de su esposa. Pero, ademas, eso motivó un intercambio en el que D’Alessio le dijo al fiscal que su impresión es que Castañón traía cosas de contrabando, Stornelli sugirió pasarle datos en forma reservada a los aduaneros y D’Alessio respondió de la siguiente manera: «pienso en algo peor, ponerle algo en la valija. Pero lo tenemos que hablar personalmente”.

Obviamente la sugerencia fue ponerle droga y hacerlo detener. Como se ve, no parecen diálogos entre casi desconocidos ni chats a los que Stornelli no prestaba atención. Es posible que en la larga exposición ante Ramos Padilla el fiscal haya agregado más elementos a su defensa, pero el juzgado está trabajando en la transcripción, de manera que habrá que esperar la incorporación de la declaración completa en el expediente.

También parece débil su respuesta a otro hecho incontrovertible: pese a conocerse poco y a considerarlo un chanta, en plenas vacaciones, Stornelli se reunió tres horas con D’Alessio en un parador de Pinamar. Después de ese encuentro, D’Alessio le pidió al empresario Etchebest 300.000 dólares para evitarle dolores de cabeza en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Stornelli lo explicó así: “el día 5 o 6 de enero me escribió que salía para la costa y que tenía información. Me dijo que venía con una camioneta nueva que era increíble a lo que le respondí que me podía encontrar en el parador del balneario donde yo concurría. Debo aclarar que no es infrecuente verme conversando con gente que conozco o que no conozco, incluso compartiendo un café ocasional”.

La hipótesis de Stornelli es que D’Alessio y Etchebest se confabularon para tenderle una trampa y perjudicar la causa de las fotocopias. Todo urdido por el kirchnerismo. Pero no parece una teoría muy creíble. D’Alessio y Etchebest no se veían desde 2016 y la denuncia de Etchebest llevó a D’Alessio a la cárcel.

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