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Causa AMIA: La inacción de Nisman puesta en evidencia por una sorpresiva foto

Apareció una imagen inédita de Salman El Reda en el juicio a Telleldín

La fiscalía aportó una foto inédita de Salman El Reda, el prófugo acusado por el fallecido fiscal de ser el organizador del atentado. La historia de cómo llegó a manos de los investigadores y la comprobación de que el fallecido fiscal no trabajó ni en las cuestiones más elementales.

Un llamativo incidente se produjo la semana pasada en el juicio que, silenciosamente, se lleva adelante en Comodoro Py contra el ex vendedor de autos truchos Carlos Telleldín. El proceso busca determinar si El Enano, como le decían a Telleldín, le vendió o entregó la camioneta Trafic a los terroristas sabiendo que se iba a usar para un atentado o, por el contrario, si se la entregó al primer comprador que apareció y que puso el dinero y que después la usó en el ataque sin que Telleldín lo supiera. En ese marco, en forma sorpresiva, la fiscalía apareció en la audiencia con una foto inédita de Salman El Reda, el prófugo acusado por Alberto Nisman de ser el organizador del atentado. El fiscal Santiago Eyherabide pidió autorización para mostrarle la foto a la ex esposa de Telleldín, Ana Boragni, para que ella hiciera un reconocimiento, diciendo si esa persona fue o no fue la que se llevó la Trafic de la casa de Telleldín el 10 de julio de 1994, ocho días antes del atentado. El tribunal no permitió el reconocimiento, pero el incidente dejó datos asombrosos.

La historia de la nueva foto, en color, llama la atención. La aportó el gobierno de Paraguay. La Unidad Fiscal AMIA, que trabaja el caso después de la muerte de Alberto Nisman, buscó siempre determinar la verdadera identidad del supuesto coordinador del atentado. Para Nisman el nombre era Salman El Reda, pero hace un año, el procurador de El Líbano, a raíz de requerimientos de los nuevos fiscales argentinos, informó que el sujeto también usaba otro nombre, Salman Raouf.

Consultadas las autoridades paraguayas, ya que el individuo circulaba tanto en el país vecino como en Argentina, desde Asunción contestaron que tenían un trámite de residencia iniciado por una persona con pasaporte libanés a nombre de Salman Raouf. En ese trámite, le sacaron una foto en color en junio de 1994, un mes antes del atentado, y esa fue la toma enviada ahora a la Argentina.

El fiscal Eyherabide, que ejerce la acusación en el juicio contra Telleldín, vio la posibilidad de hacer un primer reconocimiento. No se trataba de preguntarle al propio Telleldín sino a su ex esposa, Ana Boragni, que aquel 10 de julio vio al comprador de la Trafic, por cuanto los papeles de la venta se hicieron en el living de casa de Telleldín. Eyherabide no exhibió la foto, sino que le pidió la autorización para hacerlo a los jueces. El abogado de la DAIA, Miguel Bronfman, se opuso argumentando que el reconocimiento debía hacerse con tranquilidad y cuidado, en el marco de la instrucción principal que encabeza el juez Rodolfo Canicoba Corral. Los magistrados –Andrés Basso, Javier Ríos y Fernando Canero– consideraron que el planteo era razonable y no permitieron que se hiciera el reconocimiento.

La aparición de la foto de El Reda nuevamente demuestra la inacción del fallecido fiscal Alberto Nisman, comparado con el trabajo que hicieron después de su muerte los fiscales de la Unidad Fiscal AMIA.

Al grupo que integraron Sabrina Namer, Roberto Salum y Patricio Sabadini, con la coordinación de Juan Murray, se sumó después Eyherabide y Leonardo Fillipini, y todos ellos trabajaron en cuestiones elementales que Nisman no quiso hacer: usar el ADN para la identificación de los cuerpos –eso permitió saber quién fue la víctima 85 y que entre los muertos había un presumible suicida– , y usar también el microscopio de barrido electrónico para confirmar, analizando los restos metálicos en los cuerpos de las víctimas, que en el ataque se usó la Trafic.

Y otro de los aspectos decisivos que encararon los nuevos fiscales fue establecer la verdadera identidad de ese sujeto, Salman El Reda, al que Nisman le adjudicaba la coordinación del atentado. Tirando de este último hilo es que se llegó al nombre de Salman Raouf.

En principio, la foto no tiene coincidencias con la descripción que hicieron Boragni y Telleldín originalmente. Ambos dijeron que el comprador tenía pelo largo, gorra, anteojos, y parece que los rasgos son distintos, aunque no puede descartarse que haya existido una producción para despistar, incluyendo una peluca.

También está el hecho de que Telleldín declaró que el que se llevó la Trafic tenía acento centroamericano y El Reda-Raouf vivió en Colombia varios años, de manera que en ese punto podría haber coincidencia. Habrá que ver lo que dispone Canicoba Corral, ya que la foto seguramente va a ser aportada a la causa principal por el nuevo titular de la Unidad Fiscal AMIA, Sebastián Basso.

Sucede que el macrismo marginó al grupo que sucedió a Nisman porque en su investigación –muy seria y fundamentada– horadó buena parte de las afirmaciones del fallecido fiscal, que jugaba en línea con el ex espía Jaime Stiuso y con la derecha de Estados Unidos e Israel. Por ejemplo, Nisman sostuvo que el suicida fue un sujeto de la organización pro-iraní Hezbollah llamado Ibrahim Berro, pero el ADN ordenado por los nuevos fiscales, con sangre aportada por los hermanos Hassan y Abass Berro, excluyó esa posibilidad.

En el juicio actual continúan como fiscales Eyherabide y Salum, del grupo que sucedió a Nisman, aunque les adjudicaron otras fiscalías y taxativamente los alejaron del día a día de la causa. El expediente principal es manejado ahora por Basso, el designado por Cambiemos, después que hasta un integrante de esa alianza –el radical Mario Cimadevilla– denunciara que el oficialismo encabezado por Mauricio Macri jugó a tapar la investigación por sus compromisos internacionales.

Los que participan del juicio en Comodoro Py diagnostican que en un par de meses termina el juicio a Telleldín. No será fácil condenar al acusado porque habría que probarle que sabía que la camioneta se iba a usar para el atentado, algo que es muy difícil. Y, además, la historia demuestra que los que arman atentados que tienen la firma del fundamentalismo no confían en nadie que no sea de su propia organización, algo que se ve en todos los ataques que se perpetraron, por ejemplo, tanto en Europa como en Estados Unidos.

Tampoco es fácil avanzar con la pista El Reda-Raouf, un hombre que vivía entre Buenos Aires y la Triple Frontera, porque estaba casado con una secretaria del que Nisman consideró el cerebro del atentado, el agregado cultural de Irán, Mohsen Rabbani. Sucede que pasaron casi 26 años y nunca se pudieron averiguar hechos básicos de los atentados en la Argentina: de dónde salieron los explosivos, dónde estuvieron las camionetas antes de los ataques, dónde se montaron los artefactos, quiénes entraron al país, quiénes condujeron los vehículos tanto a la Embajada de Israel en 1992 como a la AMIA en 1994.

Sin tener esclarecidos esos hechos decisivos, parece difícil juntar pruebas contra el supuesto coordinador. Aún así, deberá verse cómo se avanza con la nueva foto de El Reda-Raouf, quien –según determinaron los fiscales post-Nisman en 2018-2019– vive en El Líbano y tiene una orden de captura, con alerta roja, librada por Interpol.

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